Me encontré una mañana, no recuerdo cuando, con esa imagen de tu sonrisa radiante, llena de brillo y frescura. Desbordando tus labios de natural hermosura. Entregando más allá de tu belleza, la espontaneidad de tu ser. Esa actitud que se mantiene intacta desafiando al paso del tiempo y las adversidades.
Me encontré una mañana con el ser despojado de prejuicios, vanidades y secretos, pero manteniendo la integridad y la convicción. Supe desde ese momento que contaba con la gracia y la dicha de saberte cerca sin importar el contexto.
Me encontré una mañana con tu palabra y la mía, entrecruzando recuerdos, pasiones, tristezas y alegrías. Con la dulce melodía que provocan tus letras, me dejo llevar por un mar que no conozco, pero que resulta apacible y reconforta.
Me encontré una mañana con la suerte de sentirme despierto un día más y saberte ahí.
Me encontré una mañana con el ser despojado de prejuicios, vanidades y secretos, pero manteniendo la integridad y la convicción. Supe desde ese momento que contaba con la gracia y la dicha de saberte cerca sin importar el contexto.
Me encontré una mañana con tu palabra y la mía, entrecruzando recuerdos, pasiones, tristezas y alegrías. Con la dulce melodía que provocan tus letras, me dejo llevar por un mar que no conozco, pero que resulta apacible y reconforta.
Me encontré una mañana con la suerte de sentirme despierto un día más y saberte ahí.